martes, 14 de mayo de 2013

Metro de Madrid informa

que en 1969 The Kinks, con Ray Davies a la cabeza, abrían su álbum Arthur (or the decline and fall of the British Empire) con el tema Victoria (tremendo e inolvidable el riff del comienzo).
Victoria, lejos de ser una loa a la reina del tal nombre, es toda una crítica social de la situación en Gran Bretaña en el siglo XIX, aplicable a la situación del país en la época que se publicó la canción y que ahora tendría también total vigencia. Allí y aquí.
Pura sátira la letra.

Long ago life was clean.
Sex was bad and obscene.
Hace tiempo la vida era limpia. 

El sexo era malo y obsceno.

I was born, lucky me,
in a land that  love.
Though i am poor, i am free.
When i grow i shall fight.
For this land i shall die.
Nací, afortunado de mí,

en una tierra que amo.
Aunque soy pobre, soy libre.
Cuando sea mayor lucharé.
Por esta tierra moriré.




Que a su vez, los grandes y tristemente poco conocidos Cardiacos, publicaban en 1987 en el disco comunitario Teloneros, una spanish version del Victoria que titularon Callao. A la que pusieron una letra realmente peculiar que poco tiene que ver con el original.

Los Cardiacos - Callao





Lo que nos lleva a preguntarnos que informar informaremos (Atención: estación en curva. Al salir tengan cuidado para no introducir el pie entre coche y andén) pero cómo es posible que se nos escapase tan maravillosa oportunidad para una buena campaña publicitaria.

*La cara B del single Victoria lleva el tema Mr. Churchill says. Cosa que os haría mucha gracia si fuerais tuiteros.
*Interesante artículo de Los Cardiacos en efe eme.

Autosuficiencia musical

Un día como hoy hace treinta años, al regreso de un concierto, moría en accidente de tráfico Eduardo Benavente. Líder de los míticos Parálisis Permanente, figura imprescindible de la movida madrileña e influencia fundamental de muchos músicos y grupos en décadas posteriores.
A pesar de su prematura muerte, contaba sólo 20 años, y de su corta carrera y producción musical, sus temas siguen sonando 30 años después como el primer día.
Y seguirán sonando.




-Algo sobre Eduardo y Parálisis.
-Necrológica.

jueves, 9 de mayo de 2013

The Strokes: las preferentes del indie-rock



Como bien sabéis, las preferentes son un producto financiero que los bancos y principalmente las cajas de ahorro vendieron hace varios años, haciéndolos pasar por un método seguro para guardar dinero y ganar más fácilmente con una alta rentabilidad. El problema llega cuando vas al banco y te cuentan que los ahorros de toda tu vida ya no son tuyos, nunca lo serán, y ya no valen nada. En resumen, te han vendido una mierda envuelta en papel de celofán con un lazo precioso. ¿ Y a mí qué?-diréis.

Como bien sabéis, The Strokes son un grupo de música que la industria y principalmente la crítica venden, haciéndolos pasar por un grupo cuyo trabajo es un método seguro para escuchar un rato buena música alternativa, y te convencen de ello enseñándote sus dos primeros discos y algún single posterior. El problema llega cuando compras Angles (2011) o Comedown Machine (2013) por Itunes; y te das cuenta de que te has gastado un pastón en dos discos de ínfima calidad musical. En resumen, te han vendido una mierda envuelta en papel de celofán, pero eso sí, con un lazo precioso.

"Is This It?" (2001), su debut, es un gran disco, de los mejores de la primera década del siglo. "Room on Fire" 2003) y "First Impressions of Earth"(2006) están bien. El segundo algo repetitivo y el tercero es decente, tampoco ninguna obra de arte. Pero es que los últimos dos... ¿Qué han hecho con ellos mismos desde 2007? Desde este momento, en el que se separaron temporalmente, se jodió el tema. Lo único bueno que de esa separación es que Albert Hammond Jr. sacó un disco excelente. Punto. Y final.

"Angles" (2011) sigue sin saber a qué pretendía sonar 2 años después. Quitando Machu Picchu, que para ser justos es una gran canción, el resto de canciones suenan a un estudio donde cada uno graba su parte y se va para casa, sin llegar a ponerse de acuerdo sobre a dónde pretendía dirigirse su sonido. Y parece que ni la crítica especializada ni los propios Strokes han sido consciente de ello.

"Comedown Machine" (2013). Alguien debió de decirles algo sobre Angles, porque en este último disco parecen intentar volver a sus orígenes. Pero no, algo no tira ahí. Pues nada hoygan, ahí está el intento. Pero tristemente no pasa de eso...un intento. ¿Qué esperar de un disco cuyo adelanto es una especie de cover chunga de En el muelle de San Blas de Maná y Take On Me de Aha? No seré yo quien conteste a eso. Un disco en líneas generales plano, con la voz de Julian Casablancas que sigue degradándose según se suceden los discos.

Antes de dejaros con los vídeos pertinentes, aprovecho para agradecer sinceramente a Ángel Adanero que haya decidido colaborar conmigo aquí, y espero que sea el comienzo de una buena etapa para Oyes Pero No Escuchas. Recordad, tenemos twitter @OyesPeroNo, desde donde os avisamos de las diferentes entradas que publicamos e interactuamos con nosotros. ¡Nunca es tarde para seguirnos!

Ahora sí, os dejo con el primer single de "Angles" y con un par de temas de "Comedown Machine":




(Take On Me vs. El muelle de San Blas)




miércoles, 1 de mayo de 2013

Tómala, ahí la tienes. Una de guitarras, guitarristas y algo más

Para que ustedes oigan, escuchen, lean o lo que quieran, me estreno con una pequeña historia que nunca he tenido muy claro cuánto tiene de verdad y cuánto de leyenda. Si he de ser sincero yo prefiero darla por verídica. Eso sí, con todos los adornos que le he añadido.
Vamos a ello.

Cualquier guitarrista que se precie tiene un momento en su carrera en el que compone y dedica un tema a su instrumento. Esta historia trata de eso. Y algo más.
Estamos en el año 1968, en pleno auge del movimiento hippie. Con sus melenas, su paz y amor. Sus gurús hindúes, sus hierbas y demás tóxicos. Nuestro protagonista (llamémosle George), músico y guitarrista, llevado por el espíritu de rebeldía reinante, se lía (entre otras cosas) la manta a la cabeza y decide sublevarse a la “tiranía” de sus compañeros y líderes de banda John Winston y James Paul.
Tras la tercera calada se dice a si mismo: “Pa’ mí que le voy a componer una cancioncilla a mi guitarra y a ver si se la cuelo a estos dos. Peace and love” (expiración).
Y se pone a ello. Corchea para arriba, corchea para abajo. Un acorde por aquí y otro por allá. Que si este riff es muy largo y aquel punteo muy lento. En estos avatares musicales estaba cuando a lo tonto a lo tonto le salió la que tal vez sea una de las mejores canciones de su grupo, tema que no goza de la gran popularidad de otros muchos de la banda, pero de una calidad musical y compositiva que ya hubieran querido para ellos John Winston y James Paul en más de una ocasión.
Destacan en el tema, obviamente, las partes de guitarra. Pero nuestro amigo Georges, conocedor de sus limitaciones como virtuoso de las seis cuerdas, decide que en la grabación sea su amigo Eric “Slowhand”, más habilidoso que él, quien se ocupe de la guitarra. Eric acepta gustoso la invitación. Por un amigo lo que sea. En todos los sentidos, como veremos más adelante. Además el tema parecía hecho a la medida para él.

Por entonces nuestro protagonista compartía vida, drogas y cepillo de dientes con Pattie, más tarde conocida por ¿Layla? Nuestro poco dotado guitarrista andaba por aquella época de viaje en viaje, no sólo debido a las giras de su grupo, y Pattie se aburría. Tanto que decidió probar  los cepillos de dientes de John Winston, Ronald y otros amigos  de nuestro incansable viajero en el espacio.
En estas estamos (están), en plena grabación del tema, unos viajando y otros preocupados por la higiene dental, cuando nuestro segundo protagonista y virtuoso de la guitarra, Eric, conoce a su futura Layla.
¿Enamoramiento fugaz? ¿Flechazo? ¿Simple calentón producido por las medicinas sin receta? Lo inevitable ocurrió. Eric y Pattie acabaron enjuagándose juntos los dientes. Y George a lo suyo. Que por lo visto (y enjuagado) no era Pattie. Él con su guitarra que llora, su éste no tira bien  y su peace and love.

George y Eric
Cuando nuestro protagonista empezó a darse cuenta que al mástil de su Rickenbacker le salían dos protuberancias se armó de peace, se olvidó del poco love (propio) que le quedaba y le soltó a su amigo Eric “Mano Lenta” (que lo mismo no lo era tanto) una frase que ya ha pasado a la historia, o a la leyenda, del rock: “Tómala, ahí la tienes”.
Nunca quedó muy claro si ese la era por ella o por la canción, aunque los bien pensantes prefieren creer que fue por la segunda. Yo ni pienso bien ni pienso mal. Ahí queda al historia.


Ya ven, queridos míos. Todo sea por la amistad. Y por la música. Y por no compartir cepillo de dientes con más de una persona, que es una auténtica guarrada.
Aunque eso sí, no les recomiendo que le dejen su chica (o chico) a su mejor amigo. Se acabarán quedando hasta con su guitarra. ¿O era al revés?


Apple Records 1968
The Beatles -  While my guitar gently weeps







 * Georges Harrison compuso en 1968 While my guitar gently weeps, una de las mejores canciones de The Beatles, aunque no se le reconozca el mérito.
* Eric Clapton tocó magistralmente la guitarra en una de las mejores canciones de The Beatles. Y se le reconoce el mérito.
* Pattie Boyd tocó a George Harrison, Eric Clapton, Ron Wood y alguno más aunque no lo reconozca. Pero lo suyo sí es mérito.
* Javier Martín Apoita dio un toque para que alguien escribiera por aquí y me concedió ese privilegio. Y mérito. Muchas gracias, joven.


Actualización 12 mayo 2013.
Bonus track por gentileza del jefe.
While my guitar gently weeps versión no me corto las venas porque hoy me pilla mal.